lunes, 7 de octubre de 2013

LA VENGANZA DE DAMIAN

Cerca de la media noche, Damian caminaba por esa fría y solitaria celda, igual que otras noches no podía dormir, recordaba cada uno de los hechos de aquel terrible día que cambió su vida. El día que murió su adorada Agatha y que su familia le dio la espalda.
Eran las 10 de la noche cuando Damian vio por última vez a su esposa, se despidió de ella y se quedó en el estudio escribiendo un libro sobre Rivadeneyra un corrupto político que se iniciaba en el poder.

Horas más tarde subió a su habitación, terrible fue su sorpresa cuando vio a Agatha tirada en el suelo cubierta de sangre y aferrándose a lo poco que le quedaba de vida,  al verla la cogió en sus brazos, llorando le pidió que se quedara con él, pero ya era demasiado tarde, Agatha agonizaba y en su último susurro apenas pudo pronunciar “es por tu libro”, su corazón dejo de latir y sus ojitos se cerraron, Damian se sentía morir, gritó de dolor y su llanto era como el de un niño que perdía lo que más quería en este mundo, no podía creer lo que estaba pasando, cuando de pronto vio al costado del cuerpo de su esposa un cuchillo lleno de sangre, lo cogió con sus manos sin pensar que con ese acto se estaba condenando.

Desde ese día todo cambió a Damian lo embargaba el odio por el asesino de su esposa, se sentía furioso, solo pensaba en vengarse, y recordaba las últimas palabras de su esposa en su lecho de muerte, Damian sentía una opresión en el pecho que no lo dejaba vivir en paz.
El juicio empezó y él era el principal sospechoso, sus huellas fueron encontradas en el arma homicida y su versión nadie la creyó, no pudo defenderse de las pruebas ni del rencor de los familiares de Agatha que lo creyeron culpable y no descansaron hasta que Damian fue condenado.

Habían pasado 20 años de aquella condena y Damian en prisión ni una sola noche dejó de recordar ese día, ni las palabras de Agatha, el siempre creyó que Rivadeneyra había mandado a matarlo, pero que cometieron un error y la víctima fue su esposa. No tuvo como probarlo pero juró que se vengaría.
Día tras día en la cárcel no hacía más que recolectar diarios o información sobre la vida y carrera de Rivadeneyra, su odio fue creciendo y solo esperaba con ansias el día que la vida le diera la oportunidad de vengarse, no le importaba la soledad de la cárcel ni el odio de su familia.

Un día recibió una gran noticia, en unos días volvería a ser libre, su conducta en la cárcel fue la mejor y por eso recibió los beneficios de ley, pero en su mente solo estaba que por fin podría vengarse, había planeado tanto este día, Rivadeneyra ahora era un conocido político de carrera y a punto de conseguir la presidencia de su partido.
Damian salió de la cárcel se refugió en un cuartucho de una quinta lejana a la ciudad, y desde ese día solo se dedicó a  seguir a su enemigo, iba planeando y viendo como atacarlo, y como concretar su venganza.

Seis meses pasaron Damian ya había ideado su plan, y tenía todo listo para efectuarlo, el gran día había llegado, era el momento de atacar, Rivadeneyra daría una conferencia en un parque público de una pequeña ciudad, y Damian no tendría mejor oportunidad, porque como era un lugar pequeño no habría tanta seguridad.

Damian ingresó al hotel donde Rivadeneyra estaba hospedado, se escondió detrás de la cortina del cuarto de su víctima, mientras veía en su mente todos los momentos felices que pasó con su esposa, recordó y como si llorara lágrimas de sangre sentía el dolor en el pecho de haber perdido a la persona que más amaba en su vida, el odio lo embargó, Rivadeneyra entró a su alcoba y sin darse cuenta de la presencia de su verdugo se sentó en  la cama, el rostro de Damian solo mostraba las ganas de matar a Rivadeneyra y dispuesto a todo por vengar a su amada Agatha sacó su arma y gritó “Tu maldito pagarás por la muerte de mi esposa, no me importa estar en la cárcel, porque desde que murió mi Agatha estoy muerto en vida” Rivadeneyra se asustó y se quedó atónito y antes de que Damian pudiera disparar su arma, recibió un disparo mortal de un francotirador que resguardaba al político las 24 horas del día.

El incidente se calificó como un intento de homicidio a un “ilustre” político, la verdad nunca salió a la luz y el pobre Damian jamás pudo concretar su venganza, que había sido lo único que lo mantuvo vivo todos estos años.


FIORELLA MARTÍNEZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario